Muy pocas zonas en España pueden presumir de la belleza y calidad ecológica del paisaje de la belleza y calidad ecológica del paisaje generado por el río Ebro en su discurrir por Burgos. Uno de los enclaves más valiosos es el tramo de cañones y páramos ubicados entre Quintanilla, Pesquera, Turzo y Orbaneja.
Páramos y cañones: la ruta se inicia en Quintanilla Escalada, justo de frente de la gasolinera, por el camino que parte a la derecha del puente sobre el río Ebro. Prestando un poco de atención se puede descubrir un curioso acueducto metálico que cruza y abastece de agua a la central El Porvenir. Ermita del Ebro: El recorrido se interna por el fondo del espectacular cañón del Ebro y tras alcanzar la zona de las llamativas cascadas por la que desemboca el Rudrón en el Ebro. A este venerado santuario burgalés, siguiendo la tradición pagana, sacralizaba el río y el impresionante paisaje que le rodea, acudían en romería todos los pueblos de la zona. Un poco más adelante la ruta coincide con el también señalizado cañón del Ebro, que llega desde Valdelateja, y pasa junto a la antigua estación eléctrica, inaugurada en 1907, y que abastecía de electricidad a la ciudad de Burgos.
Cañón del Ebro Siempre por el fondo del cañón, se llega a la altura de Pesquera de Ebro. A la salida de este señorial pueblo, sin atravesar su puente de piedra, hay que tomar la calle-camino que se aleja del Ebro y asciende a la búsqueda de Turzo.
Camino de Orbaneja, el paisaje sufre una radical transformación y los páramos se convierten en protagonistas absolutos. Su aspecto es desglosado, solo crecen unos pocos carrascales, algunos enebros aislados, pero esta primera impresión es engañosa y lo que a simple vista parece un desierto medioambiental conforma un valioso ecosistema para aves esteparias.
Una vez visitado el conjunto rural de Turzo, el recorrido enfila hacia la venta de Orbaneja. Tras cruzar la carretera de Santander y dejando los edificios de venta a la izquierda, el amplio camino deja su descenso hacia Orbaneja el Castilla. La ruta atraviesa una zona de eras, en la que se localizan numerosas edificaciones de origen pastoril, y alcanza un espectacular mirador desde el que se divisa una singular panorámica del Cañón del Ebro y del pueblo de Orbaneja del Castillo.
Después de disfrutar de este bien conservado núcleo rural es preciso tomar la escalera que desciende junto a la bella y ruidosa cascada que brota de la Cueva del Agua. Una vez en la carretera hay que localizar y descender hasta el puente que cruza el Ebro. En la otra orilla se debe tomar el sendero que, hacia la izquierda y otra vez por el fondo del cañón, conduce, junto a Escalada, hasta el punto de partida.
Páramos y cañones: la ruta se inicia en Quintanilla Escalada, justo de frente de la gasolinera, por el camino que parte a la derecha del puente sobre el río Ebro. Prestando un poco de atención se puede descubrir un curioso acueducto metálico que cruza y abastece de agua a la central El Porvenir. Ermita del Ebro: El recorrido se interna por el fondo del espectacular cañón del Ebro y tras alcanzar la zona de las llamativas cascadas por la que desemboca el Rudrón en el Ebro. A este venerado santuario burgalés, siguiendo la tradición pagana, sacralizaba el río y el impresionante paisaje que le rodea, acudían en romería todos los pueblos de la zona. Un poco más adelante la ruta coincide con el también señalizado cañón del Ebro, que llega desde Valdelateja, y pasa junto a la antigua estación eléctrica, inaugurada en 1907, y que abastecía de electricidad a la ciudad de Burgos.
Cañón del Ebro Siempre por el fondo del cañón, se llega a la altura de Pesquera de Ebro. A la salida de este señorial pueblo, sin atravesar su puente de piedra, hay que tomar la calle-camino que se aleja del Ebro y asciende a la búsqueda de Turzo.
Camino de Orbaneja, el paisaje sufre una radical transformación y los páramos se convierten en protagonistas absolutos. Su aspecto es desglosado, solo crecen unos pocos carrascales, algunos enebros aislados, pero esta primera impresión es engañosa y lo que a simple vista parece un desierto medioambiental conforma un valioso ecosistema para aves esteparias.
Una vez visitado el conjunto rural de Turzo, el recorrido enfila hacia la venta de Orbaneja. Tras cruzar la carretera de Santander y dejando los edificios de venta a la izquierda, el amplio camino deja su descenso hacia Orbaneja el Castilla. La ruta atraviesa una zona de eras, en la que se localizan numerosas edificaciones de origen pastoril, y alcanza un espectacular mirador desde el que se divisa una singular panorámica del Cañón del Ebro y del pueblo de Orbaneja del Castillo.
Después de disfrutar de este bien conservado núcleo rural es preciso tomar la escalera que desciende junto a la bella y ruidosa cascada que brota de la Cueva del Agua. Una vez en la carretera hay que localizar y descender hasta el puente que cruza el Ebro. En la otra orilla se debe tomar el sendero que, hacia la izquierda y otra vez por el fondo del cañón, conduce, junto a Escalada, hasta el punto de partida.
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